Imagen antigua de archivo del diario Marca. Fernández en El Molinón. |
FERNÁNEZ NO QUIERE VENDER EL SPORTING Y GANA TIEMPO MIENTRAS VENDE HUMO.
El Piles ha visto muchos tahúres en los últimos años. Desde su último inquilino tahúr Sandoval, el especulador de los banquillos, ahora el más reconocido especulador a esta orilla de las aguas que pasan junto al Molinón, no es otro que José Fernández el especulador de los despachos, junto con su retoño. Que si vendo, que si no vendo. El Sporting como empresa hoy en día, tal y como decía Omar Zaidan, "no vale nada". Es una empresa en bancarrota cuyo precio máximo es el de asumir las deudas contraídas. Sin embargo, los Fernández quieren sacar tajada.
Sin más. No nos engañemos. Esto es un juego en el que José Fernández está ganando tiempo haciendo creer a los demás que su intención es la de vender el Sporting, cuando la realidad es que está mareando la perdiz, pidiendo más de la cuenta para que nadie se lo de. De paso, la situación deportiva del club es excelente, y sabe que cualquier sanción derivada de las deudas a Hacienda y los jugadores no se ejecutarían hasta que se terminase la campaña. Fernández sabe que quizá para entonces el Sporting ya haya logrado el ascenso, y con ello asegurarse de nuevo hacer caja y mantenerse con el control de la entidad, presentándose (también de nuevo) como "un salvador", tal y como sucedió con el ascenso de Preciado (qepd), de cuya fama y popularidad se benefició luego durante años.
Sigo opinando, que lo que quiere Fernández, es más recuperar Mareo y esperar la ocasión de especular con tan valiosos terrenos, que preocuparse por nada que tenga que ver con el Sporting o el sportinguismo. Como dijo en 2008, cuando el Sporting regresó a Primera, lo primordial era recuperar Mareo, para lo que según el "había dinero". La intención pues no creo que pueda estar más clara.
El futuro del Sporting sigue siendo muy oscuro.
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