Llevo unos días pensando en escribir algo sobre el tema de actualidad del Sporting, a parte del de la compra por parte del grupo inversor "inglés" de lo que aun no he hablado casi nada porque no dispongo de fuentes, y tan solo se lo que sabe todo el mundo. Por otra parte, para decir algo que no sea lo mismo que dice todo el mundo, no se puede empezar a escribir a la ligera, si no que a mi por lo menos me resulta necesario pensar un poco las cosas.
Me gustaría mencionar sobre la compra del Sporting, que de inglés, el grupo comprador tiene más bien poco, tanto como de inglés tiene el Doyen Group, un grupo registrado en Londres, pero portugués en realidad. Y es que no vamos a negar que queda mejor decir que el comprador es inglés, que árabe. De esto hablaremos otro día.
A lo que voy. Hace unas semanas cuando tuvo lugar la trágica y desafortunada pelea multitudinaria en el Manzanares, algunos periódicos de tirada nacional anunciaron que en la misma habían tomado parte seguidores del Sporting, miembros de una conocida peña que se apresuró a desmentir la participación de alguno de sus miembros en la reyerta. Hoy, han quedado en libertad con cargos cuatro miembros de la misma peña, acusados de participar en la pelea masiva de Madrid. ¿Sabía esto quien publicó el comunicado?, es decir, ¿que realmente cuatro socios de la peña habían preferido ir a Madrid antes que a ver el Sporting ese domingo?. Parece que sea quien sea, alguien no estaba del todo informado, o quizá miente.
Pero quizá hablar solo del sector radical sería simplificar demasiado el asunto. A mi me da la sensación ya desde hace tiempo que el asunto del fútbol se le está escapando de las manos a mucha gente. Habría que empezar definiendo "qué" es un aficionado. Para mi un aficionado es un sujeto que va a ver un partido de fútbol, o que le gusta un equipo, y más o menos lo sigue. Punto. La definición del término en el diccionario de la RAE tampoco extiende mucho más la idea:
aficionado, da. (Del part. de aficionar).
1. adj. Que siente afición por alguna actividad. Aficionado a la lectura.
2. adj. Que cultiva o practica, sin ser profesional, un arte, oficio, ciencia, deporte, etc. U. t. c. s. U. t. en sent. despect.
3. adj. Que siente afición por un espectáculo y asiste frecuentemente a él. U. t. c. s.
Sin embargo hay quien entiende que "aficionado" es algo más que eso, y que, al hacerse "abonado" (para ser socio de un equipo de fútbol hay que tener acciones) de determinado equipo ya es como si formase parte real de el, pasando a jugar su partido de fútbol personal en la grada o fuera del estadio. Bien, esto puede no ser una idea del todo equivocada, participar no está mal, pero quizá la cosa empieza a irse de bolos cuando hacemos de un equipo de fútbol nuestro principal leitmotiv, y peor aun en un momento como el que vivimos, en el que ojalá se dedicasen tantas energías en participar en movimientos "futboleros" como en tratar de hacer de este un mundo mejor. Aquí surge otro problema: quien se cree más que otro por ser "abonado" de un equipo, y hasta llega a considerar que fulano o zutano no tiene derecho a opinar de determinado equipo por no tener el "carnet".
Y en este caso, hay quien para terminar de rizar el rizo aprovecha para tomar parte en jaleos de masas como el del Manzanares, en grupos que albergan la violencia como parte de su particular formula de apoyo a su querido club. La sociedad actual genera personas violentas, pero además, hay quien se preocupa de alimentar estas conductas. No hace mucho tiempo que en El Molinón se dejaban introducir bebidas alcólicas al descanso, cuando se abrían las puertas y se dejaba salir... sin que nadie de seguridad ni de las puertas del estadio se opusiera. A pesar de que esta haya sido una clara actitud proclive a incrementar el riesgo de incidentes, bien es cierto que en El Molinón propiamente dicho no ha sucedido nada destacable, no así en sus alrededores, donde se vivieron recientemente peleas (en 2009 y en 2011) que guardan cierta similitud con la del Manzanares. Pero esto no es algo nuevo, ya que estas peleas (o "batallas" como las llaman ellos) se llevan viendo desde que los clubes tienen aficionados de tipo "ultra", es decir, desde hace más de 30 años.
Por este motivo, dudo mucho que los ultras desaparezcan del fútbol, si realmente quisieran que esto fuera así, el fútbol profesional se hubiera suspendido hasta por lo menos 2015, como creo que habría sucedido en otro país. Pero en el nuestro parece que el fútbol es intocable.
Muchos individuos que no encuentran (o no quieren encontrar) su sitio en la sociedad terminan por recalar en alguna parte, de la que hacen su principal motivo para seguir adelante. Unos son pacíficos, pero otros no, y la violencia, será siempre un cáncer para el ser humano, un cáncer que como todos debería de tener una cura completa y no a base de parches o contramedidas que solo enmascaren un problema que inevitablemente volverá a resurgir, y que si lo hace habrá que volver a lamentar.
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